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En la casa de Sint Bernardus, los monjes solían estar detrás de los calderos. Junto con cerveceros profesionales, produjeron cervezas con el sello trapense. En 1992 se modificó la normativa sobre la cerveza trapense y, a partir de entonces, sólo se permitió llamar así a las cervezas que realmente procedieran de un monasterio. Debido a que la abadía y la cervecería de St. Bernardus estaban separadas, ya no se les permitía llamar así a su cerveza. Este período trajo consigo algunas turbulencias, pero el maestro cervecero Hans Depypere sacó a la empresa de la crisis. Dio un nuevo impulso a la cervecería, disparó las ventas y amplió considerablemente las instalaciones. Hoy en día, St. Bernardus ha vuelto a estar en terreno estable y es una parte valiosa de la cultura cervecera belga.
Su Dubbel, con el nombre Prior 8, se basa en la época monástica y en la colaboración con los monjes. Esta tradicional cerveza de monasterio se elabora al estilo belga y, además de un agradable contenido alcohólico de 8,0%, aporta una sinfonía afrutada con un patada de malta en la copa. La cerveza de color marrón oscuro sabe a manzanas rojas maduras, higos y dátiles, a caramelo derretido delicadamente y a granos tostados fuertes. Un exitoso equilibrio entre amargor y dulzor hace de la cerveza una delicia culinaria que combina perfectamente con platos ricos y postres abundantes. ¿Un trozo de tarta de chocolate y un Prior 8? ¡Celestial!