El maestro cervecero David Hertl es conocido por su valiente uso de ingredientes poco convencionales. El joven salvaje de Thüngfeld tuvo que abandonar Baviera varias veces para poner en práctica sus locas ideas. Su genialidad más famosa es el gose de pepino : un gose clásico al que David pone su propio sello con una generosa ración de pepinos. Una cerveza que amas u odias. La última creación de la pluma de Hertl es menos controvertida y mucho más agradable.
En lugar de pepinos, el franconiano elige la que probablemente sea la fruta más popular del verano para refinar su Berliner Weisse: ¡las frambuesas!
El clásico capitalino tiene naturalmente una acidez intensa, que no necesariamente corresponde al gusto del gran público, pero aporta una gran frescura a la copa. La cervecería combina la infusión con puré de frambuesa fresco para darle un componente afrutado que combina bien con el ácido. Una vez finalizado el proceso de elaboración, la cerveza se envejece durante más de un año. Este almacenamiento prolongado aporta armonía al juego de aromas y hace que el sabor sea más complejo y fino. La infusión terminada fluye en el vaso con un delicado rosa viejo y nos brinda un bouquet veraniego de acidez crujiente, frescura picante y deliciosas frambuesas.
Pepino o frambuesa, ¿cuál prefieres?
Agua, malta de cebada , malta de trigo , puré de frambuesa, lúpulo, levadura