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En las estanterías alemanas suele haber dos o como máximo tres recipientes de cerveza diferentes. La mayoría de la gente tiene vasos de pilsner y de trigo en casa, y algunos también tienen una o dos jarras de cerveza. El hecho de que existan otras gafas es nuevo para muchas personas. A medida que ha aumentado el número de estilos de cerveza, las formas de los vasos de cerveza también se han vuelto más diversas.
Todo bebedor de cerveza debe tener un vaso de IPA. Lo primero que notas es que el vaso IPA es delicado y de paredes delgadas. El reducido espesor del cristal garantiza que el frescor permanezca en el cristal y que ninguna parte del maravilloso frescor se libere al ambiente a través del cristal. Así como las tazas de paredes gruesas retienen idealmente el calor, los vasos de paredes delgadas retienen el frescor. También tiene una base hueca y estrecha que proporciona la ventilación necesaria para la cerveza. Al igual que ocurre con el vino, la ventilación es responsable del desarrollo óptimo del sabor. Los aromas pueden difundirse y garantizar el máximo sabor. También es importante el diámetro del borde del vaso. Un diámetro ideal enfoca el chorro de cerveza para que llegue al paladar medio. Allí hay receptores que perciben especialmente el dulzor. Finalmente, la amplia parte superior del vaso garantiza que los maravillosos aromas de la IPA le hagan cosquillas en los nervios olfativos con cada sorbo.
El vaso para IPA de la cervecería griega Septem es un gadget apasionante para todos aquellos que quieran experimentar su cerveza en todas sus facetas y disfrutar al máximo.