Las rubias frías sólo se pueden encontrar en una forma en el monasterio: cerveza.
Los monjes trapenses de Bierbrouwerij De Koningshoeven son expertos en cerveza. La elaboración de cerveza forma parte del trabajo diario de los monjes de la orden de Soligny-La-Trappe desde hace siglos y, en consecuencia, dominan bien el tema. Hay toda una gama de recetas sofisticadas que se transmiten de generación en generación, y el rubio es una de ellas.
La Trappe Blond es un placer de cerveza dorada en muchos sentidos: la cerveza no sólo brilla con el oro más radiante en el vaso, sino que también sabe de esa manera y además ha sido galardonada varias veces con medallas de oro en prestigiosos concursos nacionales e internacionales. La cerveza belga se prepara con los ingredientes clásicos agua, lúpulo, malta y levadura y, tras el proceso de elaboración, se embotella con una porción extra de levadura y un toque de azúcar. Luego, la cerveza madura durante un tiempo en botella y, gracias a una mayor fermentación, desarrolla su carácter profundo, con cuerpo y poderosamente aromático. El aroma de esta cerveza especial abarca desde suaves y dulces tonos de malta hasta fuertes notas de caramelo y fruta, pasando por notas especiadas de levadura, y convence por su armonía delicadamente equilibrada y su sensación aterciopelada en boca. Una delicada acidez y un hábil amargor del lúpulo completan armoniosamente la experiencia gustativa.
La Trappes Blonde es un excelente ejemplo de la sofisticación belga y el arte cervecero holandés.
Agua, malta de cebada , maíz, lúpulo, azúcar (moreno), levadura