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La cerveza Bock tiene una tradición centenaria en el sur de Alemania. Justo a tiempo para el comienzo de la Cuaresma anual, los monjes prepararon una bebida fortalecedora para no renunciar a la carne durante el tiempo de privación. Entre los monjes benedictinos, que también se encontraban en el monasterio de Weißenohe, la sabiduría era la siguiente: los líquidos no rompen el ayuno. Esta laguna se aprovechaba para endulzar la Cuaresma con maravillosas cervezas bock.
Las cervezas bock de la cervecería del monasterio de Weißenohe eran tan deliciosas que los hombres de Dios eran la envidia de otros monasterios. Fue acusada de consumo ilícito y se interpuso denuncia al más alto nivel. El Papa fue informado. Para calmar los ánimos y recuperar su buena reputación, los piadosos monjes enviaron al líder de su iglesia un barril de la infame cerveza bock. En teoría, un paso arriesgado que podría poner fin abruptamente al disfrute mundano de la mejor cerveza bock durante la Cuaresma. Pero los inteligentes monjes eran (y siguen siendo) maestros en su oficio y pudieron estimar exactamente cuánto duraría realmente su excelente vino. La cerveza bock no pudo sobrevivir ilesa al largo viaje desde Baviera a Roma, por lo que los zorros no tenían nada de qué preocuparse. El plan funcionó: una cerveza estropeada, agria e imbebible llegó al Papa y éste no tuvo más remedio que admirar la especial piedad y penitencia de los hombres que bebían esta terrible bebida.
¡Saludos a los monjes que pudieron burlar al Papa con su Doppelbock!
Agua, malta de cebada , lúpulo, levadura.