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La Winterbock es una categoría de cerveza muy especial. Esta cerveza fuerte se elabora en otoño y, con sus notas cálidas y delicadas especias, consigue ponerte de buen humor en los fríos y oscuros meses de invierno. Hay una colorida variedad de diferentes cervezas de invierno, desde potentes growlers y elegantes obras maestras hasta cervezas especiadas festivamente especiadas y potentes bombas de malta.
La Winterbock de Fürst Carl se sitúa en un punto intermedio: esta fina cerveza destaca por su sorprendente contenido de alcohol del 7,5%, que se integra delicadamente en un voluminoso cuerpo de malta tostada y lúpulo delicadamente amargo. El lúpulo utilizado se cultiva en Ellingen, la ciudad natal de la cervecería, y equilibra hábilmente la malta dominante.
La especialidad de invierno de Fürst Carl fluye en la copa con un cálido tono miel y huele igual: desde la corona ligeramente teñida de espuma aireada y de poros gruesos, sube a la nariz un aroma de miel de bosque picante y caramelo cremoso que incita a tomar el primer sorbo. El sabor inicial es una composición de maltas suaves y halaga la lengua y el paladar con notas de grano tostado, azúcar moreno, nueces tostadas y galletas recién horneadas. El lúpulo aporta un amargor elegante que complementa maravillosamente el poderoso dulzor de la malta. El Winterbock impresiona con una sensación en boca sedosa y un sabor complejo y profundo que encaja maravillosamente en la fría mitad del año.
Agua, malta de cebada , lúpulo, levadura.