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Debido a su ubicación central, su minería, sus fábricas de vidrio y su riqueza general de recursos, Spessart siempre ha sido una región muy activa. A lo largo de la cordillera baja se extienden innumerables rutas comerciales, algunas de las cuales existen desde hace cientos de años. Por los caminos y carreteras que atravesaban el Spessart ya en la Edad Media se transportaban mercancías valiosas. En el siglo XIX hubo un grupo que se aprovechó de este hecho. Los llamados ladrones de Spessart eran figuras siniestras que atacaban periódicamente carruajes y vehículos de transporte. Debido a que el Spessart cambió a menudo su afiliación gubernamental en el pasado, procesar a los ladrones fue bastante difícil. Los ladrones lograron llevar a cabo sus travesuras con impunidad y causaron miedo y terror entre comerciantes y transportistas.
De la cervecería Spessart procede una raza de ladrones mucho menos aterradora: basada en el turbulento pasado de su tierra natal, la empresa ha lanzado una serie que mejora con gusto la imagen de los ladrones de Spessart. La serie consta de creaciones cerveceras regionales, artesanales y con los pies en la tierra e incluye todos los clásicos de su tierra natal, como Pilsner, Festbier y Hellem.
La Pilsner es una representante tradicional de su género y, además de un moderado contenido de alcohol del 4,9%, aporta a la copa un cuerpo esbelto y ligero. El aroma se caracteriza por lúpulos finamente amargos y un sutil sabor a malta. La acidez dulce y fresca, la acidez y el amargor están hábilmente equilibrados.