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Las bodegas de roca son una reliquia de tiempos pasados: cuando la gente no podía confiar en la refrigeración mediante aparatos eléctricos, se aprovechaban las temperaturas constantes y el clima favorable bajo tierra para poder elaborar cerveza al menos hasta la primavera. La cerveza se almacenaba en el sótano y la bebida fría se servía en el sótano.
Hoy en día ya no tenemos que depender de la refrigeración subterránea, pero todavía hay algunas cervecerías en Alemania que utilizan sus bodegas de roca. Las cervezas envejecidas en barrica gozan actualmente de gran popularidad en el panorama cervecero artesanal y funcionan especialmente bien en una bodega bien templada.
La cervecería Vulkan de Eifel es una de las cervecerías con su propia bodega de piedra. Su bodega se encuentra a 30 metros bajo tierra, lo que la convierte en la bodega de cerveza más profunda del mundo. Las bóvedas de basalto sostienen la cervecería y albergan numerosas creaciones de cerveza fina. En ediciones limitadas, el equipo elabora exquisitos ejemplares que se envejecen en barricas de madera. En 2022, por ejemplo, la cervecería lanzó su Imperial Porter, envejecida en barricas de brandy y oporto. Esta cerveza negra de medianoche con corona marrón avellana se presenta en elegantes botellas de champán y encanta con una intensa gama de sabores a café, fino chocolate masculino y frutos rojos confitados.
Agua, malta de cebada , lúpulo, levadura.