La vida antes era más sencilla y con esto no nos referimos a la supuesta simplicidad, sino a la falta de tecnología moderna. La electricidad y todos los aparatos que dependen de ella no llegaron a los hogares hasta finales del siglo XIX. Antes había que trabajar duro, encender el fuego, lavar los platos a mano y beber cerveza caliente. Lo que hoy es inimaginable, en los últimos mil años de la historia de la cerveza era completamente normal. El jugo de cebada se servía a temperatura ambiente; cualquier otra cosa se consideraba de mala educación o negligencia. En algunas partes del mundo, la gente incluso calienta las piezas de preparación para calentarse durante un largo turno en el asiento del autobús.
Si hoy en día se bebe cerveza, ésta suele tener una temperatura de entre 5°C y 8°C. Nos encanta cuando la bebida helada evoca gotas de condensación en el vaso y el primer sorbo es realmente refrescante.
Para que la cerveza en lata o vaso se mantenga fría durante toda la experiencia de beber y no te congele la mano, la cervecería Stone Brewing ha ideado un práctico gadget: su Beer Sleeve es una práctica funda que te mantiene fresco gracias a material aislante. El calor de tu mano no se transfiere a la lata y la funda actúa como una barrera entre tu piel y la bebida helada. ¡Gana, gana!