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El invierno nos llena de sentimientos encontrados. Esperamos con ansias el Adviento y las vacaciones de Navidad, añoramos los paisajes nevados y el olor del vino caliente en el centro de la ciudad. Tememos las heladas nocturnas y el hielo negro y por la mañana no tenemos ganas de raspar las ventanillas del coche. Echamos de menos el cálido sol en la piel, pero disfrutamos de las acogedoras veladas frente a la chimenea. Aprovechamos la oscuridad para sentarnos en el sofá con una taza de té y una manta gruesa y leer la pila de libros que han permanecido intactos sobre la mesa durante todo el verano. Montamos en trineo o esquiamos, nos escondemos del frío húmedo con chaquetas de plumas y celebramos el día en que las noches vuelven a acortarse. Lo más destacado en esta época ambivalente del año son las cervezas bock, que en octubre se sirven puntualmente y que calientan el cuerpo y el alma con su sabor con cuerpo y su mayor contenido de alcohol.
Una de estas delicias de temporada es la cerveza bock de Schübel Bräu. Su contribución al panorama cervecero de invierno brinda alegría con un contenido de alcohol fresco del 7,2 % y se elabora anualmente entre noviembre y febrero. La infusión combina dulzura afrutada, delicados aromas ahumados, hierbas amargas y bizcocho recién horneado para crear una sabrosa obra de arte.
Agua, malta de cebada , lúpulo.