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Aunque los habitantes de la abadía de Grimbergen en Bélgica podrían considerarse desafortunados, los monjes prefirieron ponerse el nombre del fénix. Su abadía se quemó tres veces en los últimos siglos y quedó completamente destruida. Como el pájaro de fuego, los monjes resurgieron de las cenizas y reconstruyeron cada vez su hogar. Hasta el día de hoy, los hombres de Dios han mantenido su espíritu de victoria.
En lugar de construir casas, ahora prefieren invertir su energía en la cerveza. Bajo las alas doradas del Fénix, Grimbergen elabora una pequeña pero excelente selección de sabrosas cervezas. La gama se basa en la tradición cervecera belga y ofrece una variedad de clásicos de su tierra natal con una interpretación moderna.
Una de las cervezas más populares que se ofrecen es la Rubia. La cervecería ya ha ganado premios internacionales por su brillante belleza: a nivel europeo ganó el bronce en la categoría “Blonde Ale de inspiración belga” y el equipo ganó una medalla de oro en la competición mundial. El sabor galardonado es una lujosa armonía de fruta amarilla madura y la cálida especia del clavo. En el olfato, este noble vino destaca por las frutas de hueso maduradas al sol, las especias y la miel, mientras que en el gusto presenta notas de piña, regaliz, pera y clavo, así como un equilibrio equilibrado de notas dulces y amargas.
Agua, malta de cebada , jarabe de glucosa, malta de trigo , caramelo aromático, lúpulo