La sed no es una sensación nada agradable. Tu boca se seca, tu lengua se pega al paladar y no puedes pensar en nada más que agua refrescante. Hay situaciones extremas en las que tener sed es aún menos divertido. Por ejemplo, en un paseo en camello por el desierto, en una larga caminata por el Valle de la Muerte o después de una extensa visita a la sauna.
Sin embargo, también existe una sed que pone en peligro menos la vida y, en general, es más placentera. Hablamos de la sed de cerveza, del delicioso deseo de una cerveza fría que te invade después de una jornada laboral estresante, en los acogedores domingos de verano, después del trabajo y mientras cortas el césped. La sed de cerveza no se trata de la hidratación en sí, sino del deseo de una buena cerveza. Conocemos muy bien este sentimiento y por eso hemos dedicado un menú a la sed de cerveza.
La tarjeta de regalo contiene la frase "La sed sólo se calma con la cerveza". Cualquiera que haya experimentado la diferencia entre sed y sed de cerveza puede confirmar estas palabras. La sed es la agonizante necesidad de líquido, mientras que la sed de cerveza es el deseo creciente de una cerveza maravillosa: más anticipación que necesidad. Nuestra tarjeta es un pequeño saludo para todos los que aman la cerveza tanto como nosotros.