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La cerveza belga es una especialidad cada vez más popular en el resto del mundo. Nuestro país vecino tiene una gran variedad de estilos diferentes que ofrecer: desde cervezas de frutas jugosas, crujientes y ácidas hasta la ligera Gueuze, la fuerte Dubbel, Tripel y Quadrupel hasta las potentes y picantes cervezas de festival, allí encontrará de todo. Hay algunos ingredientes típicos en el espectro, incluido el caramelo de roca, que le da a la cerveza un dulzor parecido al caramelo y aumenta el contenido de alcohol. La piel de naranja y las hierbas también son complementos populares que a los cerveceros les gusta utilizar fuera de la Ley de Pureza de Baviera. Si la cerveza belga aún no forma parte de tu repertorio, ¡definitivamente deberías probarla!
Sin embargo, hay algo a tener en cuenta a la hora de degustar. Por un lado, la cerveza belga suele beberse un poco más caliente. Esto es especialmente cierto en el caso de cervezas más fuertes. Todo su aroma se desarrolla si lo sacas de la nevera unos minutos antes de abrirlo y lo dejas aclimatarse. Además, la cerveza sabe mejor si se bebe en una copa bulbosa. Para ello utilizamos, por ejemplo, el vaso de tallo largo de la cervecería Spencer. Su copa deja suficiente espacio para que la cerveza se extienda y además se adapta cómodamente a la mano.
Dado que la cervecería dejará de funcionar en 2022, ¡el vaso también tiene el potencial de convertirse en una pieza de colección!