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La naturaleza es el lugar favorito de muchas personas para relajarse. Salimos a respirar aire puro, a despejar la cabeza, a movernos, a sentirnos vivos y a ser uno con los elementos. Nos adentramos en el bosque, nos bañamos en la pálida luz del sol que cae entre las copas de los árboles, bebemos el aroma del musgo húmedo como si fuera un buen vino, deambulamos por la jungla de hojas y recolectamos setas, bayas o piñas. Vamos a la montaña para respirar el aire de la montaña, para mirar el mundo desde arriba y para sentirnos pequeños e insignificantes entre los majestuosos picos que nos rodean. Vamos al mar para dejar que el viento salado nos sople en la nariz, para recoger conchas, para comer sándwiches de pescado, para nadar, hacer snorkel y dejarnos llevar, para sentirnos humildes y libres ante la interminable extensión del agua. La naturaleza es simplemente asombrosa.
Lo mismo ocurre con el licor natural de la cervecería Mücke, en la cuenca del Ruhr. Esta pieza de elaboración natural brilla con una fina turbidez y un hábil equilibrio entre cerveza amarga y limonada picante.
El Radler tiene su base en Mückes Ruhr Export . La clásica Pottbier se transforma con una fina limonada en una cerveza afrutada, veraniega, fresca, alimonada, agridulce, ácida y delicadamente amarga.
Agua, levadura, lúpulo, malta de cebada , zumo de limón, zumo de naranja, azúcar de caña.