La madre de todas las triples: así se llama la mundialmente famosa cerveza Trappist Triple de la cervecería trapense Westmalle en Bélgica. Sólo unas pocas cervecerías pueden llevar el sello trapense; es una característica de calidad especial y demuestra que la cerveza todavía la elaboran los monjes.
La abadía de Westmalle fue fundada en 1794 por monjes cistercienses. Además de su trabajo contemplativo con Dios, se dedicaron al oficio de elaborar queso y elaborar cerveza. El trabajo artesanal fue pensado originalmente como un equilibrio entre la oración y la contemplación y todavía lo es hoy. Además, el queso y la cerveza aportan un dinero muy necesario, que se destina a organizaciones benéficas y proyectos sociales en los alrededores de la abadía. Al principio, los monjes de Westmalle elaboraban esta buena cerveza sólo para su propio uso. El 10 de diciembre de 1836, los monjes sirvieron a sus hermanos la primera cerveza casera en el almuerzo. Como no querían quedarse con su delicia casera por caridad, eventualmente comenzaron a vender la cerveza de vez en cuando en la puerta del monasterio. Su producto casero despertó entusiasmo y los monjes se vieron obligados a ampliar la cervecería y elaborar cerveza comercialmente.
Para que una cerveza se llame cerveza trapense, debe ser elaborada por monjes y parte de los ingresos de la venta de la cerveza debe destinarse al beneficio del pueblo. Los monjes practican su oficio con el mayor cuidado. Por ejemplo, los hombres todavía ordeñan ellos mismos la leche para el queso.
Tan tranquila y meditativa como se imagina la vida en un monasterio, también se puede imaginar la producción de cerveza en la cervecería del monasterio. Trappist Triple y Dubble no son cervezas que puedas sacar de la manga sin más; su producción lleva tiempo. Una vez elaborada la cerveza, se vuelven a añadir azúcar y levadura para que pueda fermentar por segunda vez en la botella. Pero eso no es todo, después de este paso la cerveza se guarda en la bodega y se deja madurar allí por un tiempo. Sólo entonces la creación está completa y los monjes están satisfechos con su trabajo. El resultado final habla por sí solo: fuertes notas frutales se combinan con un profundo amargor, agradables notas alcohólicas subrayan el juego de aromas: un verdadero placer para los conocedores de la cerveza y para aquellos que quieren convertirse en tales.
¡Una experiencia de sabor que tienes que probar!
Brouwerij der Trappisten van Westmalle
Antwerpsesteenweg 496
B-2390 Westmalle
Belgien