Casi ningún grupo alemán es tan controvertido como Rammstein y goza de esta dudosa reputación tanto como los creadores de música con sonidos duros y letras aún más duras.
La fundación de Rammstein a principios de los años 90 marcó el comienzo de una verdadera historia de éxito. Después de que los seis miembros de varias otras bandas se unieran, consiguieron su primer contrato discográfico en 1995 y lanzaron el primero de innumerables álbumes. Siguió una gira de conciertos por Alemania y la UE y la banda saltó a los titulares con acciones controvertidas. Los incidentes en los conciertos y un incidente con el entonces director de MTV dieron a estos hombres una reputación que los precedió mucho más allá de las fronteras de su país de origen. Sin embargo, los primeros conciertos tuvieron lugar en Estados Unidos en 1997 y la banda obtuvo reconocimiento y fama internacional. Las actuaciones de Rammstein ya eran legendarias en aquel entonces: la pirotecnia, el vestuario o la falta de ropa eran y son una parte integral de cada concierto y la banda ofrece mucho más que solo su música. Con esta estrategia, Rammstein siempre se ha ganado amigos y enemigos por igual. Las letras y los vídeos musicales, a veces ofensivos e intencionadamente provocativos, forman parte del atractivo del grupo para los fans, pero para los críticos proporcionan mucho material para criticar. Rammstein juega conscientemente con su reputación y le gusta llevar la provocación al extremo y, a veces, incluso mucho más.
A diferencia de las letras, la música, las actuaciones y los vídeos, la cerveza del grupo es indiscutible. La crujiente Pilsner del diseño de la banda se elabora en cervecerías nacionales de Alemania de acuerdo con la Ley de Pureza de Baviera. Se compone de ingredientes cultivados localmente y cuidadosamente seleccionados y tiene un carácter bebible que atrae tanto a los fans como a los enemigos de la banda. Gracias a su carácter limpio, claro y armoniosamente amargo, combina de maravilla con una gran variedad de platos diferentes. Por supuesto, sabe mejor cuando estás en medio de una multitud entusiasta en un concierto de Rammstein, pero la Pilsner también es deliciosa en el balcón, junto al río, en el jardín o en el sofá. Y la música puede provenir simplemente de unos auriculares.
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