Münchner Kindl

Si te preguntas qué tiene que ver la mostaza con la cerveza, probablemente no seas de Baviera. Aquí esta conexión armoniosa se remonta a una tradición centenaria. El desayuno con salchichas blancas siempre ha sido una buena oportunidad para tomar una cerveza por la mañana. Un trigo sabe simplemente maravilloso con una abundante salchicha. La corona culinaria es la mostaza dulce: complementa los sabores de las salchichas, los pretzels y el trigo y combina los elementos individuales en una experiencia de sabor que no podría ser más bávara.

De la carnicería a la fábrica de mostaza

Müncher Kindl es un fabricante tradicional de mostaza de la idílica capital de Baviera y la primera dirección en Múnich en lo que respecta a una excelente mostaza dulce. La antigua familia de carniceros produce mostaza desde hace más de cien años. Originalmente la mostaza era sólo un pequeño complemento a las salchichas caseras. Sin embargo, al cabo de muy poco tiempo el regalo resultó ser un auténtico reclamo para la multitud. Los habitantes de Múnich literalmente se peleaban por la mostaza dulce y se rumorea que algunos compraron una ración extra de salchicha sólo para conseguir la buena mostaza. Para poner fin a esta situación, la familia de carniceros fundó rápidamente Münchner Kindl y desde entonces vende la mostaza como producto independiente. Los muniqueses son ya la cuarta generación que produce mostaza y, tras una larga ausencia, la vuelven a ofrecer en el tradicional Viktualienmarkt.

Una familia con visión

Aunque la familia Hartl es una empresa verdaderamente tradicional, nunca se ha dormido en los laureles del pasado. A pesar de las recetas magistrales, siempre se pueden hacer retoques y a finales de los años 80 se vislumbraba un cambio importante. La tercera generación de fabricantes de mostaza se adelantó mucho al espíritu de la época y abrió el camino a la modernidad: a principios de los años 90, toda la producción se pasó a la agricultura biológica. Desde entonces, todas las materias primas proceden de cultivos puramente ecológicos y los ingredientes que no se podían obtener con calidad ecológica se producían simplemente en casa. El proceso duró tres años e involucró a toda la familia. Al final, sin embargo, el esfuerzo valió la pena porque la demanda de mostaza ecológica es enorme. Münchner Kindl se convierte en pionero del movimiento ecológico y suministra a personas mucho más allá de las fronteras de Múnich la mejor mostaza dulce.