Aunque los japoneses son conocidos por su cocina limpia, ligera, sana y saludable, les gusta beber una cerveza de vez en cuando. La bebida tiene menos contenido nutricional que el té verde, el matcha o el Yakult, pero sabe mucho mejor. Dos de las cervezas japonesas más populares provienen de Kirin Brewery. Esta empresa tradicional fue fundada en Yokohama y hoy es una de las cervecerías más grandes del país con cifras de ventas récord y un programa de exportación bien desarrollado.
La tradición cervecera en Japón se remonta aproximadamente al siglo XVII. En aquella época, los comerciantes holandeses traían consigo jugo de cebada y encantaban a los japoneses con él. Se necesitarían otros dos siglos para que la cerveza llegara al sector comercial y se convirtiera en un producto disponible. Por esta época se fundó la Japan Brewery Company, precursora de Kirin. La empresa adquirió otra cervecería y en 1888 comercializó la primera cerveza con la etiqueta Kirin. La fecha oficial de nacimiento de Kirin Brewery es 1907. Para acercarse lo más posible a la cerveza europea, la cervecería importó materias primas y maestros cerveceros de Alemania. . Estos últimos debían controlar la producción y formar a los empleados japoneses. Después de numerosos movimientos y terremotos, la cervecería se consolidó como un establecimiento permanente en Japón y alcanzó fama mundial. El lema de Kirin es "La alegría nos une", que se traduce como "La alegría nos une", y encaja de maravilla, porque lo que une a las personas es más alegría que una cerveza fresca y fría.
Las cervezas de Kirin reflejan maravillosamente el principio rector: su encanto ligero y su carácter bebible representan alegría en el sentido culinario. Una de las cervezas más vendidas de la empresa es Kirin Ichiban . Esta lager de inspiración asiática se elabora con lúpulo, levadura, malta y agua y fluye en la copa con un tono ámbar cristalino. Un equilibrio equilibrado de grano y oro verde se combina con componentes frutales refrescantes y un amargor claro y moderado. Gracias a su armonioso aroma, la cerveza combina bien con la cocina asiática y europea. Preferimos disfrutar de este éxito de exportación japonés con un plato grande de ramen. Caldo picante elaborado con algas y bonito (pescado seco finamente desmenuzado), fideos soba elaborados con harina de trigo sarraceno, un puñado de verduras diferentes, carne, huevos cocidos con yemas cerosas y algas secas crean una composición celestial que combina a la perfección el dulzor maltoso, el crujiente. Interviene el lúpulo y el agradable sabor especiado de la cerveza.