La cerveza puede salvar el peor día de alguien de vez en cuando. La Brasserie d'Orval demuestra que la cerveza puede salvar incluso una abadía entera. Después de los horrores de la Revolución Francesa y los disturbios políticos que la precedieron, el monasterio de Orval quedó completamente destruido. Para aprovechar más de 900 años de historia, en 1936 se decidió reconstruir la abadía. La reconstrucción de los antiguos muros del monasterio requirió enormes cantidades de dinero, que se ganaron fundando rápidamente la propia cervecería del monasterio.
Cerveza con distinción
La cerveza y los monjes tienen una larga historia juntos, por lo que no estaba demasiado lejos la fundación de una cervecería en el monasterio. Además del delicioso jugo de cebada, hoy en día todavía se produce queso. Los monjes trapenses, a los que pertenece la Abadía Oval, tienen una larga tradición en la elaboración de cerveza y queso. Además del trabajo contemplativo con Dios y la oración intensiva, el trabajo manual en la producción y la agricultura sirve como equilibrio físico y también proporciona recursos económicos, la mayoría de los cuales se dedican a fines caritativos. Esto último tiene una enorme importancia para la Brasserie d'Orval, porque para poder llevar el sello de “cerveza trapense” se deben cumplir tres criterios. Además de donar los beneficios a causas sociales, la cerveza también debe elaborarse en un auténtico monasterio trapense. Además, la gestión de la cervecería debe estar a cargo de monjes. Sólo si se cumplen los tres aspectos la cerveza se considera una cerveza trapense, un honor extraordinario que sólo se otorga a unas pocas cervecerías en todo el mundo.
(No) un Pappenheimer para Orval
Para poder reunir las grandes sumas de dinero necesarias para salvar la abadía, fue necesario elaborar una cerveza muy especial. La excelente cerveza de la Brasserie d'Orval se basa en una receta del maestro cervecero Pappenheimer, que no era Pappenheimer en absoluto y sabía mucho sobre el arte de elaborar cerveza. Como todos los demás cerveceros de Brasserie d'Orval, era un laico y fue contratado por los monjes para salvar el monasterio con cervezas magistrales como la Orval . Hasta el día de hoy, la cerveza se elabora según la receta de Pappenheimer. No es de extrañar, ya que se caracteriza por su maravilloso sabor redondo y maravillosamente amargo. Gracias al alto proceso de fermentación y al largo tiempo de maduración, la cerveza desarrolla aromas complejos que son afrutados y amargos a lúpulo al mismo tiempo.
¡Una cerveza extraordinaria con una historia muy especial!