El arte del maridaje es tan diverso como la variedad de cerveza misma: el maridaje adecuado puede llevar la experiencia de sabor a un nuevo nivel.
Una cerveza ligera y ligera, por ejemplo, es ideal para platos sencillos de aves o pescado. El cuerpo esbelto y el equilibrio entre los sabores de lúpulo y malta complementan bien los platos ligeros de carne. Aquí se aplica la regla básica: a los pájaros del mismo plumaje les gusta mezclarse.
Por otro lado, las cervezas con un fuerte amargor a lúpulo, como la India Pale Ale (IPA), pueden armonizar bien con comidas picantes como el curry o los bocadillos grasos. El sabor picante se completa con el amargor y las cervezas típicamente carbonatadas alivian la sensación en boca provocada por los platos grasos.
La cerveza de trigo , con su sabor afrutado a levadura y su ligera acidez, combina maravillosamente con ensaladas y platos de marisco.
Para los amantes de los platos abundantes, lo ideal es una cerveza oscura y fuerte, como la stout o la porter . Los aromas tostados de la cerveza complementan perfectamente el fuerte sabor del bistec, la carne asada o un abundante guiso.
Las cervezas ácidas como la Berliner Weisse o Gose se pueden combinar con snacks salados como pretzels, queso de cabra o verduras encurtidas.
Sin embargo, en última instancia, estas son sólo pautas y se recomienda experimentar con diferentes combinaciones, especialmente para principiantes.